¿Cómo podemos afrontar y gestionar una crisis de forma exitosa?

Podemos comenzar con una clara definición del concepto de crisis: momento de intensa dificultad, interrupción o peligro. Precisamente, este tipo de complicación que sobrepasa cada crisis supone conllevar un mayor estrés que si fuera el caso de un gran problema.

Esto es debido a que las crisis presentan situaciones altamente complejas y caóticas, donde no existe una solución concreta, y la propia recuperación de este periodo es frecuentemente complicada.

Consecuentemente, el trabajo ideal como líder para saber ayudar rápidamente al equipo a navegar por eventos repentinos y preocupantes viene comprendido en una seria de cuestiones que debemos tener en cuenta siempre:

  • ¿Qué está en juego para nosotros?
  • ¿Qué necesitamos hacer?
  • ¿Cómo podemos ayudar?

En una crisis, los líderes o directivos de todos los niveles deben convertirse en el pegamento esencial para la organización. De modo que sirvan de punto de apoyo organizacional para las personas mientras mantienen el trabajo encaminado de la empresa.

En ocasiones, nuestros instintos iniciales en una crisis pueden estar equivocados, pero indispensablemente, debemos comprender algunas de las habilidades que pueden ayudar de manera efectiva a la totalidad de los equipos para su ejecución. Entre ellas cabe destacar: responder rápidamente ante cualquier imprevisto, comunicarse temprano y con frecuencia a toda la compañía, conectarse con compasión entre los colaboradores, y entrar en recuperación para el acercamiento hacia la generación de un nuevo impulso organizacional.

La acción rápida de respuesta en una crisis puede evitar que se convierta en un desastre. Siempre es recomendable alertar a las personas, aunque puedas estar equivocado, esto es debido a la existencia de una ventana de recuperación, es decir, un periodo de tiempo en el que una acción rápida puede evitar graves daños.

Los altos ejecutivos de las empresas deberán tener en cuenta el flujo correcto de un ciclo de trabajo exitoso. Dicho ciclo viene detallado en tres roles fundamentales:

  • Trabajar de cerca con tus empleados: lo que propiciará una mayor solidaridad en la empresa.
  • El seguimiento general del trabajo: perspectiva accesible para el diagnóstico de problemas y detección de oportunidades.
  • Dar un paso hacia atrás, separarse y tratar de controlar el conjunto de los departamentos: visión creativa y proceso estratégico.

Adicionalmente, una comunicación deficiente o infrecuente puede empeorar una situación que ya de por sí misma es difícil, dando lugar a malentendidos, esfuerzos inútiles o nuevos problemas.

Por ello mismo, una de las primeras tareas relativas a la comunicación es reconocer y evaluar los miedos más profundos de las personas, e involucrarse con gran atención en la seguridad personal y laboral de todos los miembros.

A su vez, es de gran relevancia el liderazgo compasivo. La compasión no es solamente simpatía, sino comprender el dolor de alguien y hacer todo lo posible para poder aliviarlo. Cada día debemos asegurarnos de sopesar las necesidades de los demás al tomar las decisiones y establecer prioridades.

Los equipos guiados por líderes compasivos siempre se han caracterizados por ser más resistentes, comprometidos durante una crisis y mayormente productivos.

Por otra parte, después de una crisis hay que ayudar a las personas a afrontar las pérdidas y los daños colaterales causados. Si no se concede el tiempo necesario para este procesamiento, la ira o la tristeza residuales podrían impedir que su equipo no realice los cambios requeridos en la organización.

Finalmente, como parte de la curación, debemos mantenernos ágiles hacia la búsqueda de nuevas oportunidades, y ayudar firmemente a las personas a encontrar su papel en esta nueva normalidad.

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